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Por favor no abras este libro
A lo largo de este libro Wizz busca que el lector no abra el libro ni cambie de página. Pero mientras más insiste, crece la curiosidad por saber qué pasará. ¡Atrévete a abrir el libro aunque Wizz muera del coraje!
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Por favor no abras este libro de nuevo
Wizz regresa en esta historia en la que inisiste al lector, no abrir el libro ni pasar la página; esta vez conocerás un poco más sobre cómo es, qué hace diariamente mientras te insiste que cierres el libro. Diviértete con todos los pretextos y escusas que pone Wizz para que no sigas leyendo.
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Por favor no abras este libro jamás
Después de pasar muchas páginas, en los tres libros anteriores, Wizz ha crecido es adulto e inclusive un anciano que buscarás a toda costa que cierres el libro y no conozcas el final de la historia. Diviértete con este simpático y malumorado personajes porque lo único que no podrás hacer es dejar de pasar las páginas.
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Por favor no aprendas a escribir
Andy Lee y su fiel amigo Wizz desafían, de una manera divertida, a los pequeños para que ejerciten trazos de letras y aprendan a escribir a través de ejercicios graduados.
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Por favor NO aprendas a multiplicar
Andy Lee y su fiel amigo Wizz buscan, desde la psicología inversa, una manera divertida para que los pequeños aprendan las multiplicaciones. Wizz suplica que no aprendan a multiplicar, lo que genera mayor curiosidad e interés en niños y niñas para hacer los ejercicios.
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Por favor no aprendas el alfabeto
Andy Lee y su fiel amigo Wizz desafían a los pequeños para aprender de manera divertida, en cada actividad, el alfabeto.
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Por favor no aprendas los números
Andy Lee y su fiel amigo Wizz buscan, desde la psicología inversa, una manera divertida para que los pequeños aprendan a escribir los números y comprendan su valor.
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Te lo suplico por favor no abras este libro
Con más experiencia después de sus primeros dos libros, Wizz tiene mejores trucos para impedir que pases las páginas y sigas la lectura. Te suplica que no abras el libro, pero las maravillosas ilustraciones y los simpáticos pretextos son un gancho para que sigas leyendo.